"El nivel de profesionalización de una empresa es directamente proporcional a su tamaño". Suena como un elaborado teorema del management pero, por el contrario, es una concepción falsa que ha funcionado más de una vez como trampa mortal para proyectos potencialmente exitosos.
¿Por qué es difícil profesionalizar una PyME?
Los expertos coinciden en que hay una especie de inercia que obstaculiza el proceso. En general, la PyME comienza como un emprendimiento personal o familiar, y de esa manera consigue sus primeros logros. Si el proyecto es exitoso, en algún momento llega el inevitable y bienvenido crecimiento. Es en ese punto donde aparece el problema. El dueño de la empresa se plantea: "Si me fue bien hasta ahora trabajando así, ¿por qué debería cambiar?"
Las respuestas son muchas y bien fundamentadas, pero en ocasiones la intuición también es fuerte y puede jugarle una mala pasada al emprendedor. Carlos Folle, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Montevideo, enumera algunas de las falsas creencias que suelen tomar por asalto la mente de los dueños: Esta empresa es demasiado complicada para que otro la pueda entender y dirigir eficazmente, "¿cómo puede tomar las decisiones alguien que no sea de la familia?", o "necesitamos controlar absolutamente todo", entre otras.
Por su parte, Mariangela Petruzzi, directora de la carrera de Administración de Empresas del Colegio Universitario IES Siglo 21, advierte sobre las consecuencias delamateurismo. "El empresario PyME, en su mayoría, vive con anteojeras. No ve todo el escenario y cree que su pequeño mercado va a subsistir toda la vida. Entonces, cuando llega la competencia, se muere. No todos saben cómo ver más allá, o analizar todas las variables. Pero eso se aprende, o si no,se compra a través de la contratación de un especialista", explica.
Luces de alerta
¿Cómo saber que llegó el momento de dar el paso a la profesionalización? Apelando a una metáfora más propia de la medicina que del management, algunos especialistas hablan de "síntomas" que encienden la alarma: cuando el dueño de la PyME siente que "va al trabajo", que las tareas son cada vez más agobiantes y que no puede delegar ninguna, que una jornada extra large de actividades no le alcanza y que ni siquiera puede descansar los fines de semana, posiblemente sea la hora señalada.
Por supuesto, otras razones tienen más relación directa con la dinámica de cada negocio. Como fuera, hay una serie de consejos a tener en cuenta, más allá de casos puntuales y particularidades:
- Establecer metas y objetivos claros, cuyo cumplimiento se pueda evaluar de manera fehaciente.
- Determinar qué tareas se realizarán internamente y cuáles se van a tercerizar: en base a ello, orientar los recursos correspondientes a la capacitación, búsqueda de personal y elección de proveedores externos.
- Incorporar a los nuevos actores no en función de resolver urgencias puntuales que se hayan presentado, sino con la mirada puesta en el largo plazo.
- Redefinir de manera realista los roles de los dueños.
- Planificar los procesos para que se torne previsible lo que en la etapa anterior se hacía improvisando o como reacción a situaciones impuestas externamente.
- Pautar una cesión gradual y consciente del poder de decisión.
- Priorizar las áreas que resultan estratégicas para la empresa, ya que no es posible profesionalizar todos los procesos en un solo paso.
- Definir liderazgos claros.
- Iniciar el camino con convicción: se puede corregir luego el rumbo, pero nunca volver atrás.
- Perseguir el axioma: "Que cada puesto lo ocupe el más apto y que a cada persona se le pague por lo que aporta y no por quién es”.
Sin duda, crecer y profesionalizarse es elemental para que el negocio familiar recorra otros caminos y así lograr nuevos objetivos, para –de esta forma– adaptarse a un mercado cambiante, con fluctuaciones que no sólo son propias de negocio en el que se especializa, sino también referidas a las motivaciones tecnológicas, innovaciones y exigencias de las actualizaciones y así estar insertos en el momento presente, proyectando a futuro.
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POR: Marcelo Celestino.
Licenciado en Marketing y Consultor especializado en Aplicaciones Web con una fuerte orientación en el diseño centrado en el usuario (Ux Design). Especialista en nuevas tecnologías Web, plataformas mobiles, herramientas de comunicación y procesos de venta digital. Emprendedor que desarrolla su carrera como profesional independiente desde principios de 2001, y actualmente en Advertino, una empresa facilitadora que genera estrategias de negocio para sus clientes. Para seguir en contacto: www.advertino.net