Invertir con los que saben

Hay una gran variedad y pueden ayudarte a hacer crecer el dinero de tu negocio, pero, ¿cómo funcionan? En esta nota les sacamos todo misterio y te contamos todo lo que tenés que saber sobre los Fondos Comunes de Inversión.

Probablemente los conozcas de nombre y sepas que son una opción interesante para quien toma las decisiones financieras en cualquier tipo de empresa. Por un lado, se convierten en una forma de autofinanciamiento cuando necesitás contrarrestar los vaivenes de consumo o temporadas de baja actividad. Por el otro, te ayudan a evitar la desvalorización de tus ahorros con el paso del tiempo, y permiten que los tengas disponibles siempre que las necesites. Sobre todo, pueden aplacar los problemas financieros que sufren distintos tiempos emprendimientos estacionales, desde aquellos asociados al agro hasta locales de ropa, heladerías y más.

Pero, antes de tomar la iniciativa, te contamos de qué se tratan y cómo funcionan.

¿Qué es un Fondo Común de Inversión?

Es una alternativa de inversión para la cual no necesitás contar con grandes cantidades de dinero. Lo que los distingue de otros tipos de inversiones es que, al suscribir un fondo, vas a sumar capital con otras personas que tengan objetivos de inversión similares y que aportan dinero para que un profesional (de una entidad bancaria o institución financiera) los administre.

Ya sabemos cómo viene el panorama, pero:

¿Cuál es la magia?

  • Podés diversificar tus inversiones y elegir entre gran variedad de instrumentos (distintos tipos de bonos, acciones o plazos fijos).

  • Tenés la opción de retirar (o “rescatar”) el dinero invertido en 24 o 48 horas, en caso de que lo necesites, o de transferirlo a otros fondos.

¿Por qué formaría un grupo con inversores que no conozco bajo la tutela de alguien que tampoco conozco?

Porque, al concentrar los esfuerzos de quienes comparten los mismos objetivos de rentabilidad y riesgo a la hora de invertir, les permiten a todos acceder a distintas formas de inversión (mejores y más variadas) a las que tal vez no podrían acceder individualmente, como acciones, bonos, letes y lebacs —la unión hace la fuerza—.

Por otro lado, el administrador o la sociedad gestora ofrece distintos fondos, teniendo en cuenta los tipos de activos en los que se va a invertir, la relación riesgo-rentabilidad, el horizonte de inversión (el plazo durante el cual se recomienda invertir en cada fondo) y el plazo de liquidación del rescate o, en otras palabras, cuánto tarda el dinero en acreditarse en tu cuenta una vez que lo rescatás (lo más común es que se dé entre uno o tres días). Pero para esto no tenés que hacer nada. Vos solamente suscribís el fondo y después lo rescatás y acreditás el dinero en tu cuenta. Tu plata está en manos de profesionales. Y lo más importante es que, al conformarse un grupo de inversores bien sostenido, no vas a tener que vender una máquina para poder invertir, ya que el monto mínimo para comenzar suele ser de $1000.

Si tu pregunta ahora es ¿cómo hago para juntarme con mis nuevos colegas inversores y comenzar a invertir? La respuesta es muy fácil: lo podés hacer ahora mismo en Online Banking, sin moverte de tu casa ni tener que llamar a nadie. Pero seguro que tu interés va más allá y querés saber cómo funciona todo esto.

Al suscribir un fondo y entrar al mundo de los FCI, estás adquiriendo cierta cantidad de cuotapartes. “Cuotaparte” simplemente es el nombre que se les da a las partes en las que se divide un Fondo Común de Inversión.

Entonces, una vez que invertís en un FCI te adjudicás un número determinado de cuotapartes ¿Cómo se determina este número? De acuerdo a la relación entre el monto que invertiste y el valor de esta cuotaparte al cierre del día de compra. Por eso, el precio de esta va ir variando, ya que fluctúa dependiendo del fondo que elijas.

Entonces, la ganancia o la pérdida van a estar dados por el momento en el que suscribís y rescatás el fondo que suscribas. La variación del precio de la cuotaparte es clave, por eso se calcula día a día. Y también por eso podés salir cuando quieras: sólo tenés que indicar si querés rescatar totalmente o parcialmente tus cuotapartes (recordá que “rescatar” significa que lo que invertiste se va a acreditar en tu cuenta o en la cuenta que elijas).

Las cuotapartes son tan importantes que además definen los tipos de FCI. Los abiertos son aquellos en los que los inversores pueden realizar un rescate en cualquier momento. Entre estos podés encontrar los Fondos de plazos fijos, Fondos de bonos o renta, Fondos de acciones, Fondos Mixtos, Fondos Internacionales. Por otro lado, tenemos los cerrados, que si bien te permiten realizar un rescate cuando querés –mediante la venta de tus cuotapartes– tienen definidos los tiempos en que podés hacer la suscripción y el rescate.

Si pensás adentrarte en el mundo de las inversiones para que tus ahorros no se desvaloricen con el tiempo y para financiar temporadas bajas, los Fondos Comunes de Inversión pueden representar una excelente alternativa porque son flexibles, dinámicos, están respaldados por profesionales del mundo de las inversiones, no necesitás ser dueño de un yate para invertir, y el dinero invertido puede estar disponible cuando lo necesitás. No te olvides de hacer antes un test del inversor para conocer tu perfil y cuáles son los productos más acordes tu expectativa de rentabilidad y tolerancia al riesgo.

TAGS: inversiones, financiación, fondos comunes de inversión, finanzas

POR: El equipo de Advance

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